Dime tú
Dime tú, que ya no estas,
cómo se para el tiempo. Cómo hago para volver siete años atrás. Cómo hago
para imaginarte sin añorarte. Cómo escribirte sin llorarte.
Dime tú, que ya no estas,
qué hago. Qué hago con las dudas. Qué hago con las decepciones y fracasos. Qué hago
con la pereza cuando sus fuertes raíces asoman para agarrarse, para quedarse.
Dime tú, que ya no estas,
en qué momento se deja de recordar, en qué momento todo vuelve a la normalidad.
Dime tú, que ya no estas,
cuanto he de echarte de menos para que me enseñes a olvidar, para que me des
fuerza desde aquel lugar, para que me des el beso que ya nadie me da.
Dime tú, que ya no estas,
cuando volveré a escuchar esa áspera voz diciendo que cambie de canal. Que
Heidi puede esperar.
Y ahora digo yo, que sigo
aquí, lo mucho que envidio a Heidi porque siempre tendrá aquello que yo perdí
un día de Mayo hace siete años ya.
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