La mujer del suéter rojo abrió la puerta de la cafetería sin saber que al atravesarla su vida cambiaría para siempre. Y es que, allí estaba. Habría reconocido esa voz entre mil susurros, una voz que hace que las mariposas que llevaban dormidas más de cinco años vuelvan a volar descontroladas, creando un tornado de emociones.
¿Y ahora qué? Ya no puede huir, los ojos tiernos de él
encuentran los suyos y algo explota en los dos. Recuerdos del pasado acribillan
sus mentes y la misma pregunta en la cabeza de ambos ¿Qué nos pasó?
Ella se acerca meticulosamente a la mesa donde él se toma su
café con leche y cacao en polvo, y es que hay costumbres nunca cambian. Él, con
el corazón a mil, la invita a sentarse. Ambos se observan y las palabras son
casi innecesarias.
Comienzan a hablar, no de ellos, simplemente hablan: de los
últimos años, de sus nuevas amistades, de sus amores…
“Nunca hubo nadie como tú” pronuncian los labios de él
haciendo que automáticamente las piernas de ella tiemblen. Se miran y ambos
saben lo que sienten, pero ella asustada responde:
-Segundas partes nunca son buenas.
-No es segunda parte si nunca acabó- responde él.
Escribes precioso 😍😍😍
ResponderEliminarMuchas gracias
Eliminar