Sé que le quiero porque veo en sus ojos lo que no veo en los de nadie más.
Sé que le quiero porque el miedo a que se vaya, a que un día eche a correr se pierda y no vuelva, es enorme.
Se me encoje el corazón solo de pensar que algún día llegaré a casa y él no estará, me provoca angustia simplemente imaginarme esos días en los que cuando abra la puerta, ya nadie me recibirá con ese torbellino de alegría como si no me hubiera visto en años.
Pero aunque a veces siento ese dolor, no es nada comparable con la alegría que siento cuando se lanza sobre mí y comienza a comerme a besos o cuando, vengo de algún lugar y comienza a olerme con esa nariz húmeda de pelotita'.
Que me encanta oír el ruido de sus patitas subiendo las escaleras cuando viene a visitarme mientras estudio, me encanta que me seque las lágrimas cuando lloro y me consuele, porque aunque no dice nada su calor es mayor consuelo que cualquier palabra.
Que me encanta cuando viene alguien nuevo a casa conmigo y él comienza ruñir intentando "protegerme".
Le quiero porque aunque no es él mas guapo del mundo, para mí no hay otro mejor.
Yo no sé qué soy para él, una amiga, una hermana... no lo sé y nunca lo sabré, pero me quedo con el consuelo de que si hace todo eso por mí algo me tiene querer.
A mi fiel compañero de cuatro patas.
No hay nada como ese fiel amigo que está siempre a tu lado
ResponderEliminarSí, por suerte ellos siempre están.
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