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lunes, 19 de junio de 2017

Te quiero y te detesto







Tú, que fuiste mi primer amigo, te quiero; sé que se suele
poner al final pero es que no me he podido aguantar.
Te quiero por muchas razones y detesto, quizá, por esas
mismas.
Te quiero y te detesto por llevarme siempre la contraria,
por sacarme de mis casillas con tú forma de hablar, por querer tener siempre la
última palabra.
Te quiero y te detesto porque siempre estás ahí, porque no
sé cómo lo haces pero siempre estás en todo lo que me pasa; para reñirme si es
necesario pero también para protegerme.
Te quiero por esas miles de veces que vienes con una noticia
bajo el brazo que te llena de ilusión… pero y la ilusión que me hace a mí que
la cuentes. Adoro cuando te ríes porque al escucharte rio yo.
Te quiero porque no podrías haber elegido mejor, gracias de
verdad, creo que ambos sabemos de lo que hablo.
Te quiero y te detesto cuando me dices “podemita”, cuando
chocamos por nuestra forma de pensar.
Te quiero por todo el apoyo que me muestras, por animarme
con cada palabra que dejo sobre el papel, por celebrar conmigo los pequeños
logros que me hacen avanzar, por ser de esos pocos que, aunque tú no lo sepas,
desde siempre me animaron a apostar por esto.
Por todo esto me apetecía escribirte, así sin ningún
pretexto, porque eres mi hermano y ahora sí: Te quiero.



sábado, 10 de junio de 2017

POR TI, POR MÍ, POR NOSOTRAS


Por ti, por mí, por nosotras.
Porque nunca nos falte nada que contar, porque nunca nos faltan las ganas de vernos y fundirnos en abrazos.
Por tu extraña pero adorable manía de chocarme la mano cuando vamos andado o de entrelazar los brazos cuan mujeres de la tercera edad.
Por ti, por mí, por nosotras.
Por nuestros kilométricos mensajes cuando pasa algo importante, por no tener pudor a la hora de hablar, por saber decir sí y también no.
Por cada una de las canciones compartidas y por las muchas que nos quedan por compartir. Por lo miles de lugares que nos quedan por descubrir y no sé cuántos millones de fotos por hacer.
Por ti, por mí, por nosotras.
Por complementarme, de verdad, por esa comprensión con solo miradas, por esas sonrisas encontradas y esas lágrimas secadas.
Por aparecer en mi vida aquel octubre y quedarte en noviembre, diciembre y unos cuantos años más.
 Porque yo creo en destino y tú en casualidad; pero es que quizá ambas cosas sean igual porque por destino o por casualidad nos encontramos como un imán para demostrar que no siempre dos cargas positiva o negativas (depende de nuestro momento) se repelen, a veces, encajan.

Por ti, por mí, por nosotras.