Por ti, por mí, por nosotras.
Porque nunca nos falte nada que contar, porque nunca nos
faltan las ganas de vernos y fundirnos en abrazos.
Por tu extraña pero adorable manía de chocarme la mano
cuando vamos andado o de entrelazar los brazos cuan mujeres de la tercera edad.
Por ti, por mí, por nosotras.
Por nuestros kilométricos mensajes cuando pasa algo
importante, por no tener pudor a la hora de hablar, por saber decir sí y
también no.
Por cada una de las canciones compartidas y por las muchas
que nos quedan por compartir. Por lo miles de lugares que nos quedan por
descubrir y no sé cuántos millones de fotos por hacer.
Por ti, por mí, por nosotras.
Por complementarme, de verdad, por esa comprensión con solo
miradas, por esas sonrisas encontradas y esas lágrimas secadas.
Por aparecer en mi vida aquel octubre y quedarte en noviembre,
diciembre y unos cuantos años más.
Porque yo creo en
destino y tú en casualidad; pero es que quizá ambas cosas sean igual porque por
destino o por casualidad nos encontramos como un imán para demostrar que no
siempre dos cargas positiva o negativas (depende de nuestro momento) se
repelen, a veces, encajan.
Por ti, por mí, por nosotras.
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