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domingo, 10 de septiembre de 2017

APRENDER A CONVIVIR

Me quise ir y no viniste a por mí.
Te esperé durante horas
que se convirtieron en días
y más tarde en meses.
Intente reprimir las lágrimas
que se secaron con el algodón de mi almohada.
Grite tu nombre a pleno pulmón
pero nadie me escucho.
Me he pasado las tardes cantando
bailando, o simplemente, hablando
para evitarte,
para evitarme.
Me fui y nadie me siguió.
Me fui dejando parte del misterio sin resolver
en aquel mar,
testigo de cada una de las locuras que quise dejar pasar.
Me fui y no volví.
Dejé un rastro de sal
por si algún día
el destino nos vuelve a juntar;
aunque sea en aquel lugar
al que muchos tienen miedo a llegar.
Me fui y no viniste a por mí.
Fuiste el mayor ladrón
que jamás he conocido
por llevarte mi sonrisa
y dejarme desganada.
Me fui y te perdí.
Pero me encontré a mí.
Ahora tengo que aprender a convivir
con mí sin ti.

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