Nosotros no hacemos nada, nosotros no tenemos preocupaciones, no pensamos con la cabeza, solo nos importa salir de fiesta, nuestra familia nos es indiferente, nuestros problemas no son nada comparados con los de un adulto.
Miles de veces y en cientos de lugares he escuchado estas palabras, y me es imposible no sentirme ofendida. Sí, ofendida porque yo me levanto a las siete de la mañana me pasó seis horas en un instituto, luego vuelvo a casa y en apenas una hora como para poder irme a la Academia, cuando vuelvo tras una hora me pasó alrededor de otras tres horas estudiado. Si os habéis fijado ya hemos superado las ocho horas laborales de un adulto.
Pero no solo eso, hay días en los que esas tres horas se convierten en seis horas de estudio; así es hay días es los que he terminado de estudiar pasadas las doce y esto sin contar los "maravillosos" trabajos que nos mandan que te ocupan gran parte del fin de semana. Un fin de semana que supuestamente deberíamos descansar para recuperarnos y comenzar bien la semana; pero no hay tiempo.
¿Y en esta etapa es la que se supone que yo debo de disfrutar? ¿Cuándo? Si cuando no estoy en clase tengo que estudiar y cuando no, tengo que hacer trabajos o ayudar en casa.
Creedme que no conozco estudiante que hable bien de su experiencia en bachiller, no conozco a nadie que a lo largo de este no se haya planteado dejarlo y mandarlo todo a la mierda.
No se está haciendo bien, con la jornada que acabo de plantear nadie quiere estudiar, con esa jornada no animas a un adolescente que no sabe que hacer a que se saque un bachiller o una carrera.
Lo siento, pero si todos los estudiantes pensamos igual respecto a los estudios no creo que estemos tan equivocados, falta mucha motivación no una jornada laboral que supera las diez horas.
Así que por favor no quiero volver a escuchar que no hacemos nada.
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